martes, septiembre 25, 2007

"Esta noche apenas ha dormido. La certidumbre de la futura extinción en masa, dolorosa e inexorable, del amor de M. por él (¿o acaso era el de él por M.?) le hizo zozobrar en oscuras aguas de pesadilla y despertarse empapado en un sudor gélido, paralizante, agónico. Algún día todo terminará, ¡caput!, y él volverá a sumergirse, a retorcerse en la más completa y abisal de las desesperaciones, conviviendo con el inclemente sufrimiento de la ausencia no deseada. Otra vez solo. Y esta vez sin esperanza".

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