"Compartir una pérdida no resuelve la ausencia. Nada ni nadie podrá sustituir su entrañable cercanía. Se abre un nuevo vacío, un nuevo silencio. El corte de la separación fue certero, preciso, con la crueldad de lo impecable. Y un abismo infranqueable nos dejó desamparados. Se fue. Pero no el afecto, pero no el amor. Y hemos de proseguir. Con quienes sienten la misma fractura es, sin embargo, más llevadero, quizá soportable. Conviene no olvidar y asumir que ya no está. Ningún remedo, ni ninguna coyuntura suplirá esa contundente verdad. Es inútil pretender cualquier naturalidad o indiferencia. No está y ya no somos los mismos. Ni lo seremos".
"Contigo" (Ángel Gabilondo, 2009)