"Es interesante que se reproche al mercado el fomentar el egoísmo, cuando lo que remunera es lo contrario: el egoísta no atiende a los intereses de los demás, mientras que el mercado obliga a atenderlos. No hay forma de sobrevivir en el mercado si no ofrecemos algo que los demás necesiten o aprecien. No podemos ser individualistas e ignorar al prójimo; al contrario, debemos cooperar con él, a través de la tupida trama de la división del trabajo".
"En el mercado la preocupación por el propio interés propicia el interés general; en el Estado, la mano invisible de ese peculiarísimo mercado que es el mercado político hace que el propio interés propicie el interés particular (...) En el mercado hay que procurar servir a los demás; en el Estado se rompe esa lógica y uno puede prosperar mucho sin servir a nadie en absoluto, sino al contrario, sirviéndose del público".
"Hoy se es joven o no se es nada. Este disparate es menos inofensivo de lo que parece y enlaza con el referido problema de la conquista de la sociedad a cargo del poder político, un poder que parece preferir que los ciudadanos queden capturados en el corto plazo, que siempre sean jóvenes en un doble y negativo sentido: que sean inmaduros y dependientes".
"Estado contra mercado" (Carlos Rodríguez Braun, 2000)
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