"¿Cuándo, dónde, en quién aparecerás, alma gemela mía? ¿Cómo, dónde, cuándo a la media naranja que ahora entre mis brazos abrazo reemplazarás?"

"El calor era asfixiante, hilillos de sudor recorrían su cara. Bebió un sorbo de agua para refrescarse pero le resultó desagradable al paladar y la escupió; demasiado caliente. La sombra de un plátano longevo a unos metros del camino de tierra le pareció un lugar ideal para descansar un rato. A escasos centímetros de su pantorrilla derecha un grupo de afanosas hormigas trajinaban en un caos aparente. ¿Para qué sirve una hormiga?, se preguntó. Y acto seguido, ¿para qué un hombre? "

"Compruebo con preocupación como el impenitente proceso de envejecimiento celular añade, con celeridad alarmante y rigurosa, a la depauperización que mi aspecto sufre, otros signos no menos inquietantes ni perturbadores de los efectos del tiempo que pasa. A la cada vez mayor necesidad de simetría en casi cualquier aspecto de mi cotidianidad, forma de los elementos decorativos y su disposición se llevarían la palma, manía adquirida tres meses atrás, se suman, para sentirme aseado y limpio, la obligación de consumar determinadas acciones higiénicas en un orden establecido, con los productos seleccionados a ese efecto y no con otros similares, y durante el tiempo estipulado".

K. 28/06/2020

"A la luz de la verdad quisiera verte; ante ti presentarme herido, magullado, desconchado..."

"También antes, cuando se colocaba, buscaba hacerse perdonar poniéndose cariñosa, manoseándole y diciéndole cuánto lo quería una y otra vez, porque se repetía. (Sólo le hablaba de ese modo cuando estaba ciega, sobria era incapaz). Él huía de su madre como de la peste cuando se ponía así de empalagosa. Le molestaban sus arrumacos, porque no eran sinceros, no era a él a quien quería, sino al placer inigualable que le proporcionaba la heroína, y como no podía besar el polvo blanco, que ya se había fundido con su sangre, lo besaba a él. Pero esa tarde se dejó engatusar, no quiso acordarse de que todo era mentira".

"Corazón de napalm" (Clara Usón, 2009)

"Puede que la vivencia de las penas propias te vaya enseñando a empatizar con las de los demás".

Rosa Montero