lunes, junio 29, 2009

"El calor era asfixiante, hilillos de sudor recorrían su cara. Bebió un sorbo de agua para refrescarse pero le resultó desagradable al paladar y la escupió; demasiado caliente. La sombra de un plátano longevo a unos metros del camino de tierra le pareció un lugar ideal para descansar un rato. A escasos centímetros de su pantorrilla derecha un grupo de afanosas hormigas trajinaban en un caos aparente. ¿Para qué sirve una hormiga?, se preguntó. Y acto seguido, ¿para qué un hombre? "

1 comentario:

Anónimo dijo...

un hombre sirve para preguntar.
Mio F.