"Mi nombre no tiene importancia, tengo más edad de la que aparento y resido en el último piso de un pequeño edificio en las afueras de la ciudad donde nací. Cuando era crío, durante unas jornadas religiosas con el colegio, uno de los monitores, estudiante de psicología, utilizó a varios de los educandos allí presentes, entre ellos yo, como sujetos de estudio para un trabajo de fin de curso sobre la conformación y evolución de la personalidad en los preadolescentes y adolescentes. Días más tarde, ya en el colegio, el psicólogo en ciernes se reunió conmigo y mis estupefactos progenitores para comentar mis inquietantes resultados de la prueba y las posibles actuaciones a seguir para reconducir mi, a todas luces, problemática predisposición a comportamientos antisociales."
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