"No mucho tiempo atrás, aunque honestamente suficiente, la felicidad con tanto ahínco perseguida y la ingenua alegría compañera de quién, una vez la alcanza, se cree indestructible e invencible, como las volutas de humo de un cigarro apurado hasta el tuétano se había esfumado, impregnando del rastro del paraíso perdido las paredes de un corazón ahora desdichado".
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