lunes, agosto 14, 2006

"...en su esencia ocultaba algo que no volvería pese a todas las nostalgias, que no se curaría por muy laboriosos que fuesen los esfuerzos".
"Lo único que la distinguía de un cadáver era que respiraba y tenía la sangre caliente. De hecho, cuando se despertara a la mañana siguiente, ¿acaso sería muy distinta de un cadáver con los ojos abiertos?"
"La casa de las bellas durmientes" (Yasunari Kawabata, 1961)

1 comentario:

Anónimo dijo...

no todos los ke respiramos estamos vivos.