"-Y él, el pueblo -dije-, ¿cree de veras?
-¡Qué sé yo...! Cree sin querer , por hábito, por tradición. Y lo que hace falta es no despertarle. Y que viva en su pobreza de sentimientos para que no adquiera torturas de lujo. ¡Bienaventurados los pobres de espíritu!"
"San Manuel Bueno, mártir" (Miguel de Unamuno, 1931)
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