domingo, junio 25, 2017


"No perdáis nunca de vista el siguiente precepto: jamás toméis la palabra o la pluma para instruir a vuestros semejantes, sino sólo para complacerlos. Ellos admitirán de buen grado que queráis instruirlos a condición de que sea a beneficio de sus ideas preconcebidas: os tolerarán la elocuencia y la razón, la lógica y la retórica, y hasta la erudición, siempre que pongáis todo ello al servicio de sus pasiones y de sus creencias".
(...)
"Adaptad vuestra descripción de la Tierra Prometida a los sentimientos y gustos de vuestro auditorio. Cada cabeza humana encierra un ideal más o menos nítido, más o menos refinado; demostrad que ese ideal es posible y, aún mejor, que es fácil de conseguir".
"Manual del demagogo" (Raoul Frary, 1884)

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